Helloween en Guadalajara

Helloween en Guadalajara

El 4 de noviembre finalmente llegó y se fue, y con él un evento que pensé nunca llegaría a ver: el regreso de Kai Hansen y Michael Kiske a la legendaria banda Helloween. El primero, cuenta la leyenda, inventor del Power Metal junto con Piet Sielk (Ironsavior) y el segundo como el vocalista que dio a Helloween la voz con la que se harían famosos por primea vez.

De tal forma que las expectativas no podrían haber estado más elevadas y con ellas el riesgo de una decepción grande a causa de un sueño inflado por años y años de videos que databan del Pumpkins Fly Free tour de 1989 y la magia de los Keepers Of The Seven Keys. Por lo que sólo la perfección del metal pesado de Alemania occidental podría con esta tarea.

La noche empezó con la aparición de Forbidden Dream, que con la potencia del Power Metal tapatío dieron el primer indicio de una noche especial, una sobresaliente actuación de la que es mejor hablar en otra ocasión, porque, aunque corta es muy importante darle un espacio exclusivo a quienes representan nuestra escena local. Y entonces, llegó al fin el momento en que se escuchó el intro de Halloween y todo se volvió irreal. Conforme pasaron las canciones y la presentación del show animado de Seth y Docse volvió más que evidente que casi todos los miembros de la agrupación se la pasaban muy bien, aunque sin duda quien se llevó el espectáculo fue Kai Hansen, quien pasó de aparentar ser un caballero muy serio de mediana edad que bien podría haber sido el papá de tu mejor amigo de la prepa, a transformarse en la bestia encargada de proveer riffs de gran potencia y solos que recordaron a los asistentes veteranos aquella edad -hace más de 30 años- en que fueron compuestos. También sorprendente fue el performance de Michael Kiske, quien en la primera fase de su tour de regreso había experimentado problemas de salud que le habían impedido desempeñarse a su gusto; asunto que al parecer quedó en el olvido dado que sus registros en Eagle fly free recordaron aquellos de su juventud. Sin duda creo que pocos asistentes esperaban un desempeño de tanta calidad por parte de la voz de Kiske, quien junto con Kai Hansen y el regular Andi Deris nos acompañaron por todas las estaciones de Helloween. Por su parte Sascha Gerstner y Markus Grosskopf disfrutaban con el público a través de sus solos y su buen humor, mientras que el más serio Michael Weikath se encargaba de distribuir sus solos virtuosos. En la batería cabe destacar la tarea de Dani Löble, quien a medio show hizo un dúo con el fallecido baterista Ingo Schwichtenberg, a través de un video a manera de tributo, como no olvidando su paso por la segunda etapa de la banda.

Una vez más quizá el punto más alto de la noche fue la sección que dedicaron al primer disco, Walls of Jericho , de la mano y voz de Kai Hansen, quien no dejó de correr de un lado a otro, de saltar de hacer acrobacias, pero sobretodo, no dejó de sonreír e interactuar con el público. Sonó Starlight,Judas, ridethesky…. De pronto dándole un pequeño matiz de Gamma ray a la noche

Llegó entonces el turno de A tale, that wasn’t right que me recordó mi propia adolescencia, hay algo muy curioso cuando te das cuenta cómo la creación de alguien hacía muchos años y en otro continente puede afectar tanto la vida, quizá como tener un grupo de mejores amigos que nunca has visto y que al mismo tiempo te acompañan y saben todo de tí, trascendiendo el tiempo y la distancia. Al comenzar el cierre llegó La rola: Keeper of the seven keys, que terminó de materializar las fantasías de los asistentes.De alguna manera había una sensación de incredulidad en el aire y al mismo tiempo de nostalgia, de reconocimiento; al fin conocer a esos amigos de hace tanto. Raro también por que me di cuenta que no sólo era yo el que lo percibía, pocas veces he visto tantos metaleros llorando abiertamente. Cuando concluyó I want out y todo terminó, caí en cuenta que tenía horas sin ver mi teléfono y había recibido un mensaje de un amigo que estaba en el concierto, hacía una hora: We, creo que amo a Kai Hansenjajajajaja.

Quizá es una forma más estúpida precisa de contar los que pasó.

Agradecemos las fotografías por Diana Bouttier @M.Bouttier
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Heilung

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