Disciplina para conectar con la esencia: entrevista con DracksMeckanickz
El trap se ha hecho con el primer puesto en el gusto de quienes hacen, producen y escuchan hip hop, no hay duda de eso. Sin embargo, hace algunas semanas el rapero DracksMeckanickz sacó 11/11 (2018), material que recuerda que hay otros sonidos dentro de la escena que, si bien no son del todo explorados, son igual de necesarios.
Lo-Life es el movimiento nacido en Brooklyn, New York veinticinco años atrás y del cual Dracks se hace en su segundo álbum para bajar la intensidad y recordar que el hip hop también merece ser contemplado. Es a partir de esta primicia que platiqué por teléfono con el rapero sobre su proceso creativo y de lo que significa ser discreto con su trabajo.
¿Cuánto tiempo te llevó, desde la composición hasta la grabación y producción de este álbum?
“No te miento, pude haber compuesto la mitad de ese álbum en tres semanas. Sí soy muy disciplinado y trato de que sea cuando mucho en un mes, pero a veces el tiempo, el productor, el estudio no dependen del todo de mí. Y lo más importante para mí es que si no tengo ganas de escribir, aunque sé que me falta un tema y ya me estoy tardando, no lo hago. Nada más cuando tengo las ganas escribo porque no me gusta que se sienta forzado. Hay buenas canciones con buenos ritmos y buenas letras que se escuchan forzados.
“Yo traté de que esta producción fuera más tranquila, entre todo, te puedo decir que, hice una parte en un mes y hasta dentro de un mes salió una canción y a los dos meses otra. Además, estaban los tiempos del estudio de que si estaba ocupado o yo estaba fuera y me tardé unos seis meses en total.”
¿De dónde viene la parte lírica que hay en el disco y de bajarle la velocidad a tu trabajo?
“En la tercera canción, en el segundo párrafo, pido que no busquen frases buenas comparado con mis trabajos anteriores que siempre estaban saturados. Yo ya traía la idea de hacer este rap como más tranquilo. Es decir, me encanta el Hip Hotcakes (2014), pero es muy joven. Este es más serio y adulto porque desde el principio quería retarme de otra forma sin utilizar mis antiguas fórmulas. Aparte, veo mucho las fórmulas que ya hicimos en las batallas escritas y pues me siento chido de regalar algo así. Haz de cuenta que es un rompecabezas para mí encontrar una nueva forma. No sé si me salió o no, pero estoy contento con lo que hay.”
Parte esencial, como en cualquier disco de rap, es su productor, Luzock. Me cuenta, que a veces trabajaban días enteros y no tenía empacho en descartar beats si sentía que era algo que ya había hecho o detectaba un sonido para el que todavía no se sentía listo. Además, hacía hincapié en que no quería modificarle el sonido porque eso era lo único que tenía y tuvo en mente durante el proceso.
“Tiene que ver con cierto sonido de Nueva York, un punto exacto que nos enamoró a todos. Allá afuera, el rap, todo es boom bap; la diferencia de estos beats que es son vintage. Puedes escuchar cualquier track de otro rapero, que igual está chida su base, pero no tiene nada que ver con esa esencia. Yo quería eso, además de que siempre he sentido un aprecio bien grande por ese punto exacto todos se enamoraron de esa esencia y eso es lo que quería calcar.
2Y estoy bien satisfecho con el resultado. De hecho, esto de haberlo subido a YouTube, por el acomodo de los beats es para que no te saltes ninguna canción, y sientas que está escuchando el mismo tipo de rap. Hay otro tipo. Pero yo quería que sonara así más relajado, no tan saturado al escribir, pero también me costó bajarlo porque en el sur somos exigentes de que todo lo que escribas tiene que significar un chingo.”
¿Qué te transmite personalmente ese sonido del que hablas?
“A veces hasta yo mismo me lo pregunto, pero te digo que es ese el punto del que parte todo. Allá afuera hay otro chavo que apenas va empezando o miles de morritos mucho mejores, que te dicen que no les gusta el trap pero sí el boom bap pero ese sonido ya no tiene nada que ver con el de los adultos neoyorquinos. Sí es una etiqueta y un cliché, pero es donde uno quiere estar, ya estoy grande y tengo cierto respeto hacia algunas reglas de esta logia. Va ligado a la Nación del 5%, a los Lo-Life, o sea realmente estás escuchando un rap que un head de cincuenta años en Estados Unidos escucharía. Encontré esos vínculos, esa gente y para mí ya no hay más. Por eso ya no rimo como antes, que entregaba más letras, pero ya lo hice y ya sé qué significa.
“No estoy acostumbrado a vivir como se vive en México, cada uno es un soñador, un idealista, entonces yo vivo conforme a ellos. Sé lo que están haciendo, lo que va a pasar. Sigo una corriente, es cierto, pero eso es lo que me hace sentir, porque ahí encuentro lo más puro. Lo dejé escrito, nada más hay que saber leer.”
Cuando le pregunto acerca del lugar que considera suyo en la escena del hip hop mexicano, Dracks se equipara con raperos como Big L o los miembros secundarios del Wu-Tang Clan que, a su consideración, no son los más populares ni los más activos, pero todos los reconocen por sus habilidades y trabajo. “Reconozco la diversidad y los colores con los que canta alguien, todo está perfecto y la diversidad sólo lo hace más grande, pero este es mi lugar y creo que alguien tiene que conservar a su manera parte de la cultura”, asegura decidido.
“Sin caer en lo típico de qué es real y no, viéndolo de cierta manera sí soy un idealista y creo todavía en esto, pero también me da gusto que a otra gente le dé dinero, no estoy peleado con eso. Sí, boom bap hay un chingo, pero el vintage es otra cosa más seria es todavía más hip hop y la gente no lo sabe. Igual y sería como un súper héroe del hip hop, pero maduro. Sé lo que quiero hacer, lo que es y tengo todos los argumentos para hacerlo. Las letras de mis canciones hablan por sí solas y baratas pues no son.”
¿Cómo asimilas las lecciones que vas aprendiendo?
“La verdad es que yo puedo aprender de quien sea, a todos nos ha pasado; de repente estamos caminando por la calle y del comentario que lanza alguien tú dices “chingá, no me había dado cuenta”. Eso está chido si lo quieres pintar, escribir o quieres utilizarlo en tu vida. No sólo aprendo de mis ídolos, que todavía tengo. Por encima de todo, disfruto la música y a veces pienso que soy sólo un escucha que, como cualquier morrito, con una computadora y micrófono, graba. Pero de cierta forma la manera en la que lo hago, tengo más voz. Conforme vas creciendo, tienes menos ídolos porque ya no te conformas con cualquier cosa. Mejora el criterio.
“Desde chico, a mí nunca me gustó ni Tupac ni Biggie, fuera de eso hay una etiqueta de personas a las que no les pasa, es como otra religión. Por ejemplo, a Wu Tang Clan nunca lo vas a ver querer ganarse un nombre o una posición por hacerles un tributo a ninguno de los dos. Ellos están en su rollo, y yo sigo ese tipo de conducta.”
En cuanto a los raperos con los que comparte la escena, asegura llevar buena relación pues antes que raperos reconoce en ellos personas con historias por conocer. Más aún, es una motivación para él ver que alguien está haciendo música y que enriquece el panorama. Admite, además, que detrás de algunos artistas de trapsoul ha estado él.
¿Qué significa para ti un concierto?
“Para mí un concierto es lo más importante porque ahí se mide lo que he hecho. A mí me fascina y dentro lo que hago, es lo mejor. Ahí decido si me gusta una canción o no. No importa la mierda que se cante, cuando vas a un show de rap tú quieres ver que el cabrón vuele e incendie el escenario, y tienes que hacerlo sin importar si tu rap es melancólico o triste. Para mí siempre ha sido un reto y quien me ha visto te puede decir que lo doy todo. Sé medirme y reconocer cuándo fue un buen show, sé cómo calificarme cuando la gente no me conoce y sale contenta. No soy un tonto. En un show en vivo mío puede ser la mejor manera de conocerme.”
Sin embargo, el rapero no tiene planes próximos para salir de gira, pero no descarta que en cualquier momento próximo le vengan nuevas ideas para un siguiente material.
Hasta aquí llega nuestra charla. Seguro que en los días venideros seguirá sonando igual de fuerte el trap y sus variantes. Pero aquí está el 11/11 de Dracks, como una alternativa para bajar la intensidad y los decibeles.