Ya llegó, ya llegó

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Heliodoro llegó a la boleta, los magistrados tuvieron sus razones…

¿Que si López dice que están maiceados?, ¿que si Margarita dice que ella es la única ciudadana (lo que sea que signifique eso)?, el asunto es que Don Jaime llegó con su caballo -y, por supuesto,  con su vieja- a darle vida a esta soporífera contienda presidencial.

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Ya teníamos al buen Pepe Mid pidiendo que debatan con él aunque sea de fútbol, que el PRI no es corrupto, que los Duartes y demás fauna son solamente manchitas en el impecable lienzo democrático tricolor. Anaya nos repite hasta el hartazgo que la contienda es entre él y López, que las reformas están bonitas pero que él las hubiera hecho mejor y, sobretodo, que ya dejó la música y que Yuawi y su movimiento naranja dieron pasó al señor del futuro. López, mientras tanto, aplica su mejor faceta: ser la chimoltrufia y hablarle a su rebaño. ¿Y Margarita? Pues bien, gracias.  Pero, por fin tenemos al Bronco.

Y es que Heliodoro vino a darle sabor a la contienda. Es la representación gráfica del status quo de provincia, es religioso, misógino, grosero y dicharachero; es, pues, el Fox de los millenials; aquel al que no le tiembla para decir que su vieja es más cara que su caballo o que se ha casado tres veces, pues es fácil cambiar de vieja, como cambió de ser priista a independiente.

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Pueden surgirle al respetable varias preguntas: ¿Va a ganar el Bronco? No. ¿Va a dar pelea? Tampoco. ¿Le está haciendo el caldo gordo a la mafia del poder? Depende. ¿Depende? Si, pero de su filiación política, estimado lector, ya que puede reducir esta colaboración con la mafia a matemáticas o a una terrible conspiración si le late lo lopezobradorista.

En un primer momento podríamos irnos con la finta de lo dicho por López: “El tribunal recibió línea de la secretaría de gobernación para ponerlo”. ¿Es entonces Meade el beneficiado?  Aunque si bien es cierto que el Bronco viene a dividir el voto anti PRI, que en su mayoría se inclinaría por apoyar a López, la realidad es que el único que puede levantar  la campaña del ex secretario de hacienda, es él mismo. Y a estas alturas luce bastante complicado. ¿Quién es entonces el ganón de la inclusión del Bronco? Pues, Ricardo Anaya.

Hay cuatro grupos de votantes preponderantes en esta elección: el voto duro de cada candidato, el anti PRI, el anti López y el indeciso.  El anti López  se lo llevará quién vaya en segunda posición, todo indica que será Anaya; el anti PRI, como le mencioné anteriormente, va en su mayoría por López. Y aquí es donde entra Heliodoro, que al decirse reformador  le peleará al tabasqueño su voto no convencido;  ese voto frágil existe, cuenta y, junto con los votos que pierda López por sí mismo, cerrará la brecha entre los dos punteros, haciendo viable un eventual triunfo del candidato del frente.  ¿Podrá capitalizarlo Anaya? Al tiempo.

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(Edición de textos: Cecilia Olaciregui Ruíz)

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