La Epistemología Del Rayo
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B O W I E, Simon Critchley. Editorial Sexto Piso
‘’Dejadme que empiece con una confesión bastante embarazosa: ninguna persona me ha proporcionado tanto placer como David Bowie a lo largo de toda mi vida’’.
Las líneas anteriores, conforman un zarpazo a manera de preludio; alistándonos para una travesía contundente y sorpresiva de ciento quince páginas, en las que visitaremos un universo donde sólo existen Simon Critchley y las humanas intenciones de un extraterrestre.
BOWIE es todo, menos una biografía. El filósofo británico se olvida de las fechas representativas, los mitos sexuales y el glamour del éxito para darle paso a un desahogo en primera persona, Con el objetivo de descifrar la filosofía que originó el trabajo de uno de los artistas más prolíficos de todos los tiempos.
A pesar de verse situado en la compleja encrucijada de escribir sobre alguien a quien ama, Critchley no entorpece el proceso narrativo. Por el contrario, la pasión reflejada a lo largo de las anécdotas y relatos que complementan el libro sirve para aligerar el paso, incluso en aquellos que no sean ávidos seguidores del músico inglés.
En la obra se expone a David Bowie desde la epistemología de su arte, con la aspiración de reivindicarle más allá de la figura pop, situándolo como un personaje enigmático y profundo; inspirando no sólo desde la riqueza creativa, sino también a partir de la dirección espiritual y psicológica de su trabajo. Con el pasar de los capítulos, queda demostrado que las metamorfosis de Bowie, a través de la estética visual y el concepto sonoro, funcionan como consecuencia expresiva de los contextos socio-políticos y culturales a los que el músico británicose tuvo que adaptar a lo largo de su vida.
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Más que un capricho de vanidad y nihilismo, el autor explica su amor por el artista gracias a la empatía generada desde la perspectiva del creador: el ciudadano, el padre y, por último, el hombre, ubicando la nada como origen de realidades que retraten lo que fue, es y será el mundo: calles habitadas por ratas, humanoides andróginos y por supuesto, Berlín.
Relacionando temáticas de párrafos del libro con fragmentos de canciones puntuales, Simon Critchley se somete a una minuciosa búsqueda dentro de toda la extensión lírica de Bowie, rescatando la que tal vez sea su virtud más grande y también una de las menos valoradas: la valentía. Valentía para tomar decisiones osadas todos los días y para aceptar las responsabilidades que implican ser diferente al resto.
Aquejado por el deceso de Bowie, el autor elige agregar en esta edición, cuatro capítulos extras al texto original publicado en 2014. Dichos pasajes se definen como una bitácora aún más personal de lo que significa perder a un héroe y compartir el dolor con otros tantos.
Con paciencia y nostalgia va desenmarañando el peso conceptual y artístico de los últimos trabajos de Bowie, sólo para desembocar en lo que se siente como un consejo para los que nos quedamos y en una última oración de despedida:
‘’Tenemos que dejarlo marchar. Hacia la muerte y hacia la vida’’.
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