Ideas Culeras: Carta al Vale
¡Gallo!
Hace más de diez años nos dejaste. O más bien, nos hicieron dejarte. Pero qué contraproducente para esos que te atestaron con plomo: ¡Te volvieron la efigie de todo! De la bebedera, los memes, la radio y del corazón, entre otras cosas.
Eres prueba de que sí hay vida después de la muerte.
Gallo, seguido te recuerdo y te canto. Creo que eso, replicar tus canciones, es algo identitario: tu voz como espejo de todas esas voces que de madrugada y con botella en mano se dejan oír sin pena, rasposas, dolidas, deslucidas, no profesionales, sinceras.
Esa voz que por común atrae. También esas historias que se interiorizan.
“Te quiero así”se la dediqué a la última persona con la que salí formalmente. Ahora que ya no andamos la de “Soy así” queda mejor… yo que nunca quise ser un “Lobo domesticado” acabé “Ebrio de amor” Pero ahí estuviste, al principio y al final de una relación. ¿A cuántas más le has puesto el soundtrack?
También evocas a un compa cercano: ese que va por las cahuamas, que te quita el celular para no cagarla, que te pide que te “pongas verga”, que te tira paro en las malas y en las peores.
A veces me pregunto:¿Qué sería de tu música en la actualidad? En estos tiempos en que el “feat” domina,¿coquetearías con algo más? ¿Bisbal aparecería en una de tus rolas? Pienso que no, que respetabas tanto tus orígenes – para prueba esos popurrís inesperados con Caminos de Michoacán, Lamberto Quintero y El Muchacho Alegre – que mantendrías la batuta ranchera-norteña. Pero tal vez no gozarías del reconocimiento que actualmente gozas. ¿Por qué la muerte encumbra?
Es raro pensarte como parte del club de los 27 –Jim Morrison, Kurt Cobain, JanisJoplin y Amy Winehouse, entre otros –; eres el único de ahí que encumbra los términos “banda” y “sinaloense”. Y, sobre todo, “mexicano”. Eres trascendente.
¿Desde qué cantabas con tu jefe pensabas que ibas a ser tan cabrón? Porque debes aceptarlo: actualmente el apellido Elizalde se enlaza más contigo que con Don Everardo. Pero en general toda la estirpe resultó talentosa.
Hablando de estirpe, ¿cómo viste a tus hijas cantando en el tributo?De las tres creo que Valentina debería seguir con el micrófono adelante. Otro suceso de ese homenaje fue el casi-reencuentro de Los Bravos del Norte. Obrando milagros, Gallo, no dudo que ya hay quien te quiere canonizar.
Pero bueno, esta misiva te la quería escribir desde hace tiempo. Y es que eres un recuerdo grato que se originó en mi infancia: ir a los 10-11 años con mi jefe en ese bocho color plata sacando y volviendo a meter en su caja los discos de Vencedor y Destino Cruel. En ese entonces no era tu partidario pero pronto, con tanta repetición, ya me sabía tus canciones. Luego mi jefe se fue, el bocho se vendió, los discos se perdieron pero tus rolas ahí seguían, primero en esos discos de “Rolas pa’l reventón” que vendían en el metro y luego en cada oportunidad de tener el control de la música en las fiestas.
Antes, cuando te empecé a escuchar por gusto, que oyera tus canciones era “naco”. Ahora ver que más gente te sintoniza-comparte-busca es para alegrarse. No identifico el punto de inflexión que provocó esté tren del mame-exotización pero ojalá prevalezcas para siempre. ¿Te gustaría una bioserie?
Bueno Gallo, para despedirme te va una pregunta: ¿Valió la pena volver a cantar “A mis enemigos” para cerrar la noche del 25 de noviembre de 2006?
Salúdame al Shaka, a Junior Lizárraga, a Jenni, a Ariel Camacho, y a toda la banda de banda que se fue temprano. ¡Qué buen bacanal se debe armar por esos lados!