Estamos Ciegos
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Si no pudiera abrir los ojos nunca, si perdiera la oportunidad de ver para siempre y si me preguntaran que se siente no ver, seguramente les contaría que solo es cerrar los ojos y aprender a ver con las manos, con la boca y con el corazón.
Les platicaría de las charlas entre su ruido y entre mi abismo, que pocas veces llegan a una conclusión.
No perdería la oportunidad de invitarles a conocer mi santuario, a través de mis cuentos posiblemente errados.
Mi casa sería el mismo cuerpo que ahora, seguiría siendo quien soy a cada intento, la única diferencia es que ahora sí estaría viendo hacia adentro.
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