Casa

Casa

La casa se cae a pedazos,

mientras tanto yo

  postrada,

               atestada.

 

La casa se cae a pedazos,

no la quiero abandonar, pero

no hay razón para quedarme.

 

Tengo el mar entre los dedos

y la casa se cae a pedazos.

 

El olor a agua salada ya no se cuela,

ahora es constante y me hostiga la nariz.

 

                                       Soy un camarón que duerme.

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sobre el autor

Daniela Avila

Estudió Creación Literaria en la universidad central. Aprende de sí misma en la poesía con versos que reescribirá una y otra vez.

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