Casa
La casa se cae a pedazos,
mientras tanto yo
postrada,
atestada.
La casa se cae a pedazos,
no la quiero abandonar, pero
no hay razón para quedarme.
Tengo el mar entre los dedos
y la casa se cae a pedazos.
El olor a agua salada ya no se cuela,
ahora es constante y me hostiga la nariz.
Soy un camarón que duerme.