Violencia, angustia, erotismo y desilusión Strange Little Birds de Garbage

Violencia, angustia, erotismo y desilusión Strange Little Birds de Garbage

Para qué vamos a mentir, si el que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera, lo dijo Alexander Pope en el año 1700, aquel poeta inglés autor de Windsor Forrest. En México se miente. Todos los días y sobre todos los asuntos. La forma de gobernar en nuestro país consiste en mentir —parafraseando a Sara Sefchovich y su “País de Mentiras” (Océano, 2008) — aunque pasen los años y las modas ideológicas, aunque cambien los partidos en el poder y los funcionarios en el gobierno, a los ciudadanos nos mienten una y otra vez, y yo no voy a contribuir a esa sarta de mentiras que se cuentan en el país del “yo no fui” del Pedrito Infante en “A toda máquina”, guarrada que expresa la identidad mediocre del mexicano testarudo. Por suerte, estoy a millares de modelos de distancia en avión del país de “nunca pasa nada”, vivo en Des Moines, Iowa, desde donde tecleo este absurdo texto en donde trato de explicar que las mentiras más crueles son dichas en silencio, y yo tengo el hocico lleno de una verdad absoluta, ¿para qué les voy a mentir? Shirley Manson es la mujer más perfecta del mundo.

¿Tienes amigas, tienes hermanas, novia, madre? No tiene sentido comparar, la comparación es un acto de incertidumbre, ninguna de estas mujeres es mejor que la vocalista escocesa de Garbage, lo dicho, dicho está, dolió y dolerá. Quema las cartas de tus novias cursis, sus fotografías amarillentas llenas de mecos de pubertad, todos sus recuerdos almidonados que has acumulado, que has amontonado como un autista con el síndrome de Diógenes, quema sus pantis apestosas, los cabellos que conservas de su larga cola de caballo, sus discos de acetato; quema también las fotografías de tu madre, déjala descansar en su féretro con sus gusanos y roedores cómplices, no la molestes más, quema sus muebles, sus bajillas, su guardarropa ocre y el ropero completo; elimina de tu mente los consejos absurdos de tus hermanas, borra todo acerca de esas mujeres que te han hecho daño, cualquier rastro de estupidez que te hayan relegado a manera de recuerdo soso de ex novia idiota, de consentimiento, de admonición, a manera de testamento. Excluye a todas las mujeres de tu vida, tus hijas y las hijas de tus hijas, no hay más que una sola mujer en el mundo, y es perfecta. Destruye los miles de oleos de virgenes sumisas de las iglesias del mundo, las estatuas, las madonas, señoras y matronas de la ortodoxia femenina, la perfección solo existe en Shirley Ann Manson.

Aquel agosto de 1995 vine a conocer la excelencia, tras escuchar canciones como “Supervixen”, “Queer”, “Only Happy When It Rain” y obviamente “Vow”, del disco homónimo de Garbage, un discazo de un Showgaze estridente. Después de ver su imagen en MTV —cuando todavía pasaban videos—, su rojizo cabello como el fuego en la hoguera del diablo, su mirada lasciva, sus piernas tan largas como el Cristo de Corcovado y sus labios. Vine a conocerme a mí mismo también, la chaqueta y el erotismo, para qué falsear, vine a conocer la misoginia frente a otras mujeres y comencé a construir aquel altar que reverenciaría a la única mujer respetable del planeta, Shirley Manson. La modelo perfecta de Calvin Klein la mujer que no tuvo una infancia ni adolescencia feliz, esa pelirroja a la que en la escuela sus compañeros se burlaban por su desvaído aspecto, y quien regresaba a casa ensangrentada y magullada, como narra en “Only Happy When It Rains”, esa mujer a cuya banda Trent Reznor calificó de basura (garbage). La única mujer, la platónica, el Stendhal perfecto, la estética monumental y laurel inalcanzable, Shirley Manson.

Manson —quien no tiene nada que ver con Marilyn ni con Charles— grabaría cuatro discos más con Garbage, incluido el 2.0, la primer pornografía innegable en mi vida, y cuyo sencillo “I Think I’m Paranoid” continua siendo un himno de individualidad y demencia. Vendrían “Beautiful Garbage”, “Bleed Like Me” y “Not Your Kind Of People” en 2012, y después de una etapa como actriz, modelo y directora de videos musicales, Shirley regresa con sus correligionarios de Madison: Butch Vig, Steve Marker y Duke Erikson, para complacer a sus variados escuchas con “Strange Little Birds”, un disco conceptual y atípico en el mercado musical contemporáneo, un disco que es más que sonidos y silencios. La mejor comprobación de poder explorar la relación de la música con el erotismo. En ese entrecruzamiento que es “Strange Little Birds”, no quedarán dudas de que la música va más allá del fenómeno auditivo. Si la música es mucho más que lo sonoro significante, el erotismo es mucho más que la sexualidad. Shirley Manson implica la transgresión de un interdicto y de las normas establecidas. Para Bataille, “lo que está en juego en el erotismo es siempre una disolución de las formas constituidas” Por eso, el erotismo es transgresor (SLB) aspira a la libertad, busca lo nuevo y permite ampliar los límites de la propia subjetividad.

El escucha puede sentirse identificado con alguna de estos tracks: “Even Though Our Love Is Doomed”, “Teaching Little Fingers to Play” y “Sometimes” pero seguramente acoplado a muchas otras. Nuestra subjetividad condensa la propia historia individual, llana y social que determina que alguna situación musical se convierta en erótica. Estos son distintos senderos de SLB  por los que de alguna forma se intentará reintegrar los cuerpos sensibles a la experiencia musical, se vaciarán y se fetichizarán  al contemplar solamente su dimensión sonora y auditiva.

El impacto de lo que las letras expresan semánticamente en SLB está no solo reforzado por la lubricidad de su vocalista, sino que depende substancialmente de los muchos elementos que constituyen su producción vocal y el irremplazable acompañamiento musical. El poder emotivo de un tema como “If I Lost You” está en los elementos tanto verbales como musicales de la comunicación y aspectos cruciales de su efectividad. Son el resultado de la sinergia que se produce entre los norteamericanos desenfadados y la emblemática escocesa.

“Strange Little Birds” es un disco temático, pero también es un relato descriptivo de los hechos y una aceptación de las consecuencias de la violencia y de los sacrificios que debieron hacer quienes no lograron sobrevivir a las fobias: “Los pájaros han estado sobre este planeta desde archeopteryx… hace 140 millones de años. ¿No le parece raro que esperaran todo ese tiempo para declarar la guerra a la humanidad?” (The Birds, 1963). Trinos masivos emulando a uno solo para proyectar un sentido de la fuerza y unidad, estableciendo así un paralelismo, especialmente en lo que respecta al sentido de unidad en la fobia, con la representación lírica que Shirley Manson hace de la fusión de “Tippi” Hedren con el conjunto con la angustia.

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sobre el autor

Mixar Lopez

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