Una perla que no cualquier cerdo podrá apreciar
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Después de una tediosa faena durante toda la década anterior y parte de ésta, el ex monaguillo salido de Detroit, contratista de Third Man Upholstery, líder de The White Stripes, The Raconteurs y The Dead Weathers, tenía que parar y replantearse los ideales que le habían llevado al lugar en el que se encontraba en 2015. A final de cuentas, ya contaba como solista, con dos larga duración de una exuberante calidad: Blunderbuss (2012) y Lazaretto (2014). También había trabajado en la producción del soundtrack de la serie llamada The American Epic Sessions y, por si fuera poco, a solo 4 años de iniciar su carrera, se había colado dentro de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos, según la revista Rolling Stone.
Con este currículum cualquiera se daría por bien servido y dormiría en sus laureles; no obstante, el hombre que deja manifestar sus demonios a través de su mirada no lo consideraría así…[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]Entonces Sear Sound de New York City, Capitol Studios, de Los Angeles, y los Third Man Studio, en Nashville, dieron origen a Boarding House Reach, un álbum del que no se tenía noción alguna. Connected by Love fue un primer sencillo con influencias gosspel, sonando en las plataformas de streaming. Con este corte se tantearon miles de conclusiones sobre cuál sería el rumbo que tomaría el nuevo material o, por lo menos, serviría para tener una idea de lo que se aproximaba. Pero el tiempo fue corto y la espera delirante.
En breve, llegó el segundo sencillo, titulado Corporation, y con él venía un funk eléctrico de principio a fin. A estas alturas, el tercer trabajo de Jack White podría sorprendernos desde cualquier vertiente que nos diéramos a la tarea de imaginar.
Apareció Over and Over and Over, el tercer sencillo, que tenía una presentación con bombo, platillo, congas y la ya característica guitarra del también tapicero de Detroit.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_empty_space height=”70px”][vc_single_image image=”12201″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Por último, el golpe que aniquilaría todas nuestras dudas sería Ice Station Zebra, que hizo su aparición al más puro estilo de Beale Street Sheiks. Quienes están conectado con el Hip Hop, saben que fue la primera banda en incluir rap en sus canciones.
Y con estas cuatro referencias no quedó más que esperar el larga duración sin expectativa, y resultó ser algo bastante refinado. Boarding House Reach es el resultado de 20 años de historia. La placa de 44 minutos de duración es una obra que rompió paradigmas, incluso para el mismo White; es el fruto que se logró a base de jazz, funk, ambient, blues, gosspel, country, rap y sintetizadores.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=”12202″ img_size=”full”][vc_column_text]El Boarding, como le he llamado por mero atrevimiento, es un arriesgue encabronado por parte del Señor Gillis, un material que no pasará desapercibido. No es fácil entrarle, sobre todo por la cantidad de elementos que se perciben en este tercer material como solista.
Si hoy me preguntaran cual es el mejor disco de Jack White, sin dudarlo pensaría en esta placa no apta para oídos torpes. Básicamente, es una perla que no cualquier cerdo podrá apreciar.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]
(Edición de textos: Cecilia Olaciregui Ruíz)
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