Mi vida en el planeta rock&roll: La mafia rusa y las piernas de Natasha
Con su acento rusoy su mejor sonrisa, Natasha me dijo: “supongo que algún día nos veremos, Matías; mientras tanto, cuídate mucho”,y se despidió de mí con dos besos. Uno (nada malicioso) en
Un demonio en Babel (o el viaje dentro del viaje dentro del viaje)
Espero, amiga, que no tomes a mal si ahora te presumo mis viajes, sean geográficos, poéticos o psicotrópicos; no tendrías por qué sentir envidia, my dear, y además te lo cuento por
