Oceánico
En este sueño,
ella luce su vestido,
dando tumbos en medio de las olas.
Su rostro.
Lienzo,
marejada,
arena,
graznidos de gaviotas.
Oceánico.
Un puñado de polvo en los ojos
despierto.
Me queda su estela corrosiva
entre la espuma
las algas
y un trozo de papel
en el que un día naufragamos.
Me abandonó, hasta en los versos.
Sin nombre
No esperé al repique del reloj,
al reflejo de una sonrisa lastimera,
ni me molesté en elegir un epitafio.
No hubo respuesta a las cartas,
a las hojas secas,
ni a las coronas de un cajón inexistente.
Salí a buscarte,
en el llanto de las almejas
el eco de las caracolas
la evanescencia de la espuma.
Volví a dormir.
Tal vez mañana si sea el reloj el que me despierte.