La naranja de la discordia
Ya pasó el mágico domingo cuatro de junio, ese que supuestamente nos muestra un panorama de lo que será la elección del presidencial, en plena cruda, los aliancistas tristes y enojados, fingen alegría porque el PRI conservó Coahuila y prometen unidad, firmando cartulinas tan enormes como su ego y sustracción de la realidad.
En el reparto de culpas, nadie parece percatarse, que la alianza es una criatura monstruosa creada por una versión moderna del Dr. Frankenstein, una mezcla de ideologías incompatibles, que en caso de existir los principios, hubiera sido inimaginable siquiera su concepción, es simple, el votante del PAN el de cepa no se siente cómodo cruzando la papeleta a favor de un candidato Priista, no es que Marko Cortés no se de cuenta, sino que con la alianza, a él y los suyos les alcanza para conservar sus privilegios, lo demás les importa un carajo.
También siempre será más sencillo, buscar al villano en otro lugar, alguien que desde fuera, arruinó las buenas intenciones aliancistas y no, no es el presidente, mejor un rival más débil, si bien podrían haber culpado a la apatía, que se tradujo en abstencionismo, eso podría resultar contraproducente, así que mejor se fueron por la fácil, culpar a los naranjas.
Desde que inició el proceso electoral, acusaron a MC de no quererse unir al bodrio llamado Va por México, después los acusaron de pactar con el presidente cuando decidieron retirar la candidatura de Juan Zepeda, ahora hay quien se atreve a suponer que en caso de que se hubieran subido a la alianza, esa diferencia de ocho puntos porcentuales con la que ganó Delfina, no hubieran existido, ese tipo de suposiciones las hacen aquellos, que cuentan los votos, solo como cifras, deshumanizado al votante, error en el que caen voluntaria o involuntariamente la cúpula panista.
¿Por qué solo nombrar a los panistas como ingenuos? Porque el PRI no tiene nada que perder, el PRI debió desaparecer en el 2000, fue Vicente Fox quién les dió oxígeno extra, es un partido que igual forma pactos electorales con Acción Nacional, como al día siguiente aprueba la militarización de la mano de MORENA, el PRI no aspira a ser gobierno, solo aspira a pactar con quién sea para maximizar sus beneficios, del PRD no vale la pena hablar, un partido que cada elección, obtiene menos votos y va perdiendo registro por estado en el que compite.
Ayer se confirmaron dos de los más importantes temas previos al inicio del proceso electoral presidencial (el otro es la elección del candidato oficial); el primero es que la alianza sigue a pesar de lo ya dicho y el segundo que MC se mantiene firme en su postura de que con el PRI ni a la esquina.
¿Cuál es la estrategia naranja rumbo al 2024? Definitivamente no es ganar, ni en el sueño húmedo de que su abanderado sea Marcelo Ebrard podrá quitarle votos suficientes al candidato de MORENA, sino es el canciller, sus cuatro gallos de casa, se ven bastante desnutridos, sin embargo su postura anti priista y anti aliancista, quizás le alcance para pasar de 25 a 40 diputados, donde quizás le vaya mejor es en el reparto de presupuesto para los estados donde gobierna, pues MC comparte electorado con Acción Nacional volviéndose una sanguijuela que será premiada con presupuesto, por chuparle votos azules.
Hablando de los estados donde gobierna, en Jalisco, Movimiento Ciudadano tendrá su primera ratificación de mandato; la refundación de Jalisco, ha sido muy golpeada por la crisis de desaparecidos, ya no es Enrique Alfaro aquel político bonachón y esperanzador, en su lugar Enrique es malhumorado, aborrece la crítica y abre frentes de batalla con sus opositores, aún así parece indicar que Movimiento Ciudadano conservará el estado.
Pero primero deben solucionar su elección interna, parece ser el obstáculo más grande para un segundo mandato naranja en la entidad, Pablo Lemus parece ir en caballo de hacienda, el alcalde tapatío tiene la frescura que Enrique fue perdiendo ante el desgaste natural causado por el ejercicio del poder, sin embargo hay quienes dentro del partido se sienten con el derecho y mérito de suceder al gobernador, principalmente Clemente Castañeda, quién fuera dirigente nacional del partido, cree que por haber acompañado a Enrique Alfaro desde antes de la victoria en Tlajomulco, es su derecho ser el sucesor, él representa la continuidad del Alfarismo, mientras que Pablo Lemus parece cocerse aparte y tener su propia corriente dentro del Movimiento naranja.
Salvando este obstáculo, para Pablo Lemus, viene lo que parece ser un escenario más sencillo, la contienda electoral, aunque parezca una locura, en Jalisco, MORENA sigue siendo un partido de tribus, donde han fracasado los intentos de hacer un cohesión, recordemos que en su momento el presidente, envió a Yeidckol a tratar de poner orden; la alianza parece que será algo anecdótico, incluso Marko Cortés abrió la puerta al PAN local para una eventual ruptura con el PRI, Futuro si bien en las encuestas Pedro Kumamoto aparece con arriba del diez por ciento de la intención de voto, comparte parte de su electorado con Movimiento Ciudadano, pero principalmente comparte que su votante es anti priista y anti AMLO, entonces parece más posible que Pedro se desinfle a que pueda hacer ruido al candidato de MC.
En conclusión a nivel federal, Movimiento Ciudadano parece tener la estrategia correcta con miras a quedar en el imaginario electoral, como una oposición independiente y coherente con el antipriismo, además de que hará función de cuña estorbosa que reducirá aún más las pocas posibilidades aliancistas, haciendo más claro el triunfo de MORENA, del oficialismo, de Claudia Scheimbaum.
En lo local conservará Jalisco, ganará diputaciones en estados donde antes gobernaba Acción Nacional, y aprovechará un poco el natural debilitamiento, aunque sea anecdótico de MORENA, todo con miras al 2030, donde quizás ahora sí le alcance para ser la tercera fuerza electoral.