Bonnie Trujano y la Magia en el Teatro Dionisiaco

Bonnie Trujano y la Magia en el Teatro Dionisiaco

Llego a casa de Bonnie Trujano. Sumamente hospitalaria y con esa mirada de toda persona que sabe que con sus hechizos se hará inmortal, me invita una taza de café y encendemos un par de cigarrillos.

Bonnie Trujano estrenará su obra Faranduleros –presentada por el grupo ‘Evohé Teatro’, del cual ella es la directora– a partir de este 21 de mayo en el Teatro Enrique Elizalde (Héroes del 47 #12, San Mateo Coyoacán, en la Ciudad de México).

Bonnie inicia su carrera como actriz durante los ardientes años 70 en el Instituto Andrés Soler, lo cual significa que, tras 40 años de trayectoria, el siguiente paso en la carrera de un artista de su tamaño, parafraseando al escritor Alan Moore, es la Magia; y el camino para llegar a esto la llevaría a trabajar con artistas de la talla de Irma Serrano o bajo la dirección de maestros como José Soler y José Luis Ibañez.

“Es un placer conversar contigo”, me comenta Bonnie mientras nos sentamos en su sala y encendemos un par de cigarrillos.

Alrededor de los años 80, Bonnie abandona la academia para abrirse paso; olvida la inercia de la escuela y se entrega por voluntad al arte, dando clases de actuación y teatro; montando obras y abriendo las alas de un dramaturgo en evolución. “Incursioné definitivamente como directora tras un accidente que me impidió continuar como actriz. Experimenté primero con todo tipo de arte escénico a mi alcance: danza, comedia, clown…”

¿Qué te definió como Directora?

“Más allá del accidente que tuve, el estar en el teatro, en contacto con la audiencia; me hizo consolidarme y definirme como directora. Ser directora es como plasmar una pintura en movimiento, donde los diálogos son mis pinceles; la corporeidad las formas, los personajes los colores y el escenario mi lienzo… Todo lo que creo en mi mente queda expresado ahí: en el escenario.”

¿Dirías que eres una pintora en el escenario?

“Es como hacer magia, el teatro es magia, igual que todas las artes. Desde la prehistoria, cuando se hacían ritos para crear realidades y comunicarse con los espíritus y posteriormente con los Dioses y de este modo obtener la lluvia para cultivar el alimento, tal como sucedía con la pintura rupestre.”

Los Espíritus del Escenario

Evohé Teatro fue formado en 2014 por Bonnie Trujano y el actor Iván Acosta, con la idea de homenajear la literatura universal desde un foco contemporáneo y actual. “Un actor que se sube a un escenario ya nunca regresa al mundo supuestamente real. “Evohé” es una palabra que se usa para invocar a Dionisos. Usamos en el escenario todas las magias, es decir, todas las artes, y Dionisos, además de ser el Dios griego del vino, era el padrino de las artes y las fiestas, junto con Apolo y sus musas; pero Dionisos era aquel protector del teatro salvaje, entiéndase hoy día independiente, libre y que trata de ir más allá, hacia el espíritu, a diferencia del que protegía Apolo.”

¿Dirías entonces que tu magia es dionisiaca y no apolínea si citamos por ejemplo a Friedrich Nietzsche o Beltor Brecht?

“Busco el espíritu de la persona. Existen dos grandes tendencias en lo que a métodos teatrales se refiere, dos propuestas. La de Grotowski y la de Stanislavski, las cuales se resumen a Forma y Vivencia. Como directora trasciendo estos métodos y me voy a lo que llamo Camaléon: le exijo a mis actores que se comporten como el camaleón, como el comodín en una partida de cartas. Lo que deseo es que vayan más allá de una expresión corporal, su experiencia teatral y sus propias vivencias. Les exijo que se transformen en el personaje; es decir, Iván no interpreta a Jack The Knife ni Jack The Knife es interpretado por Iván; sino que a través de Iván, Jack The Knife, no el de Beltor Brecht sino el de Bonnie Trujano.”

¿Siguiendo tu ejemplo, Jack The Knife (el personaje) posee a Iván y él desaparece en el escenario?

“Definitivamente, los espíritus que busco están ya en el escenario y mis actores tienen que tener esa capacidad camaleónica para dejarse poseer por ellos; hablemos por ejemplo del momento de la audición: el actor se para y lee el libreto, el espíritu del personaje ya está en el escenario y será este quien escoja al actor que le dará vida, para que suceda esta magia se tiene que ir más allá de las simples forma y vivencia.”

Entre Faranduleros, Juglares y Poetas de Garage

Hablando de la historia del teatro y de tu magia en el lienzo del escenario, ¿qué es lo que Bonnie y ‘Evohé Teatro’ tratan de exponer con Faranduleros?

“Faranduleros es una adaptación mía de la obra Ñaque o de Piojos y Actores, original de José Sánchez Sinisterra y presentada en Madrid en 1980. En la obra original, se exponen las aventuras de los juglares al llevar la palabra de manera oral, ya sea declamando, actuando o cantando en el Siglo de Oro español, en los corrales y patios, establos y graneros.”

¿Dirías que has traído a esos juglares al siglo XXI, de los corrales a las bodegas, de los establos a los garajes, como los Artistas de Garage?

“Por supuesto, también hay que tomar en cuenta otro fenómeno: el Arte Callejero. Mimos, clowns, poetas, comediantes y demás; modernos juglares en pleno segundo milenio… Recordemos que el arte es magia. En el Teatro Isabelino, William Shakespeare usaba supuestas brujas de verdad, razón por la que Macbeth es una obra maldita.”

En mi perspectiva, Shakespeare era un demente…

“¿Qué artista no está demente? No logro entender a la gente normal; por ejemplo, a mi familia. Pero siendo artistas hay un entendimiento; somos seres especiales, hablamos de dones, curación, lenguaje, histrionismo, hipersensibilidad. Magia… Las personas normales no lo comprenden.”

Se entiende que en tu caso tienes este don mágico de dirigir a personas como pinceladas en pro de tu puesta en escena, y a su vez tienes el don de escoger a aquellos que tienen el don de ser poseídos por el espíritu del personaje.

“Y no sólo eso, sino en al momento de escribir el guion de la obra es que también fluye esa magia; las letras te escogen a ti del mismo modo que el espíritu del personaje al actor, tú eres ese puente entre ellas y el mundo.”

Me recuerda el origen de la palabra Brujas, ciudad de Bélgica, la cual viene de una palabra en noruego antiguo que designa tanto puentes como hechiceras.

“La Bruja es el puente… Antes de qué me preguntes qué me mostraron los espíritus para pintar Faranduleros, tienes que ver la obra.”

Comenta Bonnie con una sonrisa.

El Poder de la Audiencia

Pintora que usa el escenario como un lienzo para, con sus pinceles, crear una realidad en su obra donde los actores son las formas y los personajes los hechizos que ella desea lanzar.

La propuesta de Evohé Teatro es una evolución del mismo que a su vez homenajea a la literatura universal, trayendo al siglo XXI a todos los espíritus que han habitado un escenario.

Faranduleros está tratado de un modo diferente, le llamamos metateatral, es decir, se trata de la exposición del teatro dentro del teatro; del artista en escena dentro de la misma escena, sin perder la esencia de la obra y al mismo tiempo elevándola, haciéndola trascender sin limitarse a estructuras, formas y vivencias: el actor se cambia en el escenario, teniendo sólo dos actores escena representando a varios personajes. Varios espíritus poseyendo al mismo actor y dejándolo libre al mismo tiempo para encarnarlos. En Faranduleros capté mucho la influencia de Beltor Brecht para alcanzar el MetaTeatro, como en esto de hacer teatro dentro del teatro y sin intermedios.”

Teatro sobre el teatro y para el teatro. La audiencia se lleva un mensaje al ser poseída por la actuación de los artistas que a su vez han sido poseídos por sus personajes. La realidad está en la magia y la evolución en la diversidad.

Bonnie Trujano, Iván Acosta Gómez (de pie) y yo durante la charla en su casa, aun auténtico aquelarre de palabras.
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sobre el autor

Xavier Bankimaro

Periodista, escritor y filósofo, y poeta.

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