Andy Warhol, Un Billete de a Dólar para el Publicista
“Desde el presidente de los Estados Unidos hasta
algún carnicero en Argentina beben Coca-Cola…”
Andy Warhol.
Aunque personalmente le agradecería el Café Bizarre (que nunca conocí) y el descubrimiento y promoción de The Velvet Underground
(definitivamente una de las bandas más influyentes del siglo XX), en cuanto al arte, lo único valioso que representa este publicista es lo que como artista, como mago transformador de la realidad, NO se debe hacer: la simbolización y vulgarización del arte. Al ser éste adaptado y embotellado para el consumo masivo del público y la producción en serie.
Más allá de los “gustos personales” que fuera de los criterios de apreciación imperan en este mundo monetarista como excusa para ponerle un signo de dólar a cada cosa que existe en el planeta, por sí mismo su arte es mediocre; él mismo Bob Dylan solía hacer mofa de sus “latas de frijoles y botellas de Coca-Cola”.
Estamos hablando del artista contra el publicista; la magia negra de la que han hablado grandes como Gustave Flaubert, George Gurdjieff, William Butler Yeats, George Carlin y Alan Moore entre otros contra la magia blanca: la producción contra la creación.
“Si trabajas en mercadotecnia y publicidad, haz un favor al mundo y pégate un tiro, no, no estoy bromeando; deja de ponerle un maldito precio a todo lo que ves y comienza a ver el valor detrás o salva tu alma y pégate un tiro “
Bill Hicks.
Warhol fue el arquetipo del artista reconocido del siglo XX, el cual, citando a Ingmar Bergman “no requiere de talento ni evolución, ni de la educación de su público; sólo requiere estar dentro de ese círculo de confort que crean los medios cuando alguien es escandaloso y genera el chismorreo suficiente…”
En búsqueda de las anfetaminas, el chismorreo de la farándula y el dinero, Andy afirmó que su estilo dentro del Pop Art (y digo dentro pues hay artistas realmente increíbles del género como Roy Lichtenstein) era un homenaje a la cultura popular; su principio era que en realidad todo es consumible independientemente de la clase social a la que se perteneciera y el arte no estaba exento de esto.
Lo que Andy no sabía (o tal vez no le importaba) es que con esta idea estaba dándole a la audiencia y al monetarismo todo el poder para controlar las directrices del arte, y con esto la realidad; nadie le dijo que el arte es para generar catarsis no para ser consumido. Bajo su axioma, el pintor se vuelve un decorador de interiores, el escritor un vulgar creador de slogans, el cineasta y el músico hacedores de minutos de entretenimiento…
Alguien debió aclararle a este publicista que los perros se entretienen y los humanos trascendemos…
Y es que no vengo desde la nada a atacar directamente a este publicista que pasó a la historia como artista degenerando lo que el arte es, en palabras de William Burroughs, grotesco y vacío pues su esencia total dependía de los medios, sino vengo a usarlo como eje para exponer y evidenciar a todos aquellos que se preguntan hoy día, debido a seres como él…
¿Qué es el arte?
Y todavía piensan que este tiene diferentes interpretaciones. Una vez alguien respondió a esta sencilla pregunta “arte es lo que el artista
hace”, literalmente un vacío en el entendimiento, no es siquiera una respuesta, como pintar un retrato de Marilyn Monroe cuatro veces no es una pieza de arte, sin importar que esto se justifique con la idea de homenajear la producción en serie…
El arte, como los momentos, los instantes únicos y sus emociones, como las propias vivencias que lo llevan a brotar, a fluir y a conmocionar; como la misma realidad que este transforma mediante la manipulación de sonidos, símbolos, colores, formas y toda clase de lenguaje, NO puede ser producido en serie…
Pagar tributo a la producción en serie a través del arte; hacer homenaje a la popularización de lo sagrado, es como rendir homenaje a la muerte de un dictador, y al mismo me declararse demócrata y liberal; con mi respeto y admiración a Fidel Castro, fue bastante ridículo y falto de integridad que esto de hecho sucediera; esta Generación Millenial, tiene un acceso tan inmediato a la información que no la digiere y es fácilmente manipulable.
La parte más cruda de todo esto es que, dentro de la percepción del publicista neoyorquino de los años 60 que protagoniza este texto, se profetizó esta caída vertiginosa que nos llevó a la idea de que lo que es el arte es interpretable cuando es el mismo arte lo que hace que uno como audiencia interprete lo que nos atrevemos a llamar mundo…
“Desde el presidente de los Estados Unidos hasta
algún basurero en Argentina beben Coca-Cola…”
Hoy día aquellos que tienen el poder y los recursos de usar la magia, entiéndase de una vez magia como la creación y transformación de la realidad a través de nuestros lenguajes, también es la audiencia que lo produce; no me malentiendan, todo artista es audiencia también, pero no toda audiencia es un artista; no es lo mismo producir como abejas que crear como seres humanos…
Alguien debió aclararle a este publicista que los perros se entretienen y los humanos trascendemos…
Aquel que se sienta a decidir que se produce como arte, y cómo se va a publicitar de acuerdo a los caprichos del pópulo es muchas veces también parte del pópulo, de ahí que Louis Armstrong fuera obligado a cantar Hello Dolly! o que muchos sólo recuerden temas como Creep de Radiohead (el cual Thom Yorke no tolera) y Wish You Were Here de Pink Floyd (tal vez el tema más sencillo y digerible de toda la discografía de esta icónica banda); de ahí que la gente realmente aprecie el “arte” de Frida Kahlo o del mismo Warhol; que crea que Paulo Coelho es de hecho un escritor y Alejandro Jodorowski un filósofo…
La audiencia decide que es lo que se debe producir sólo para su entretenimiento, es entretenimiento mientras crecen, trabajan y mueren, ese entretenimiento mientras pasa desapercibida su propia vida: el resultado de darle a la audiencia y al pópulo ese poder; si la audiencia supiera lo que se debe crear, esta sería el artista y no la audiencia, y como mencioné antes todo artista es audiencia también,
pero no toda audiencia es un artista…
El escritor español Eloy Fernández Porta sostiene en su ensayo La Literatura de la Implosión Mediática, que todo bajo el mundo monetarista es de algún modo Pop, pues de no ser de algún modo producido en serie no llegaría a manos de nadie y esto es cierto, pero también parafraseándolo habla de lo que es Pop de Alta Cultura y Pop de Baja Cultura, y la diferencia entre ambos conceptos es precisamente que la Alta Cultura se crea y la Baja Cultura se produce.
Si como artista buscas entretener a tu audiencia y no guiarla; satisfacerla y no que trascienta, eres un publicista no un artista.
Alguien debió aclararle a este publicista que los perros se entretienen y los humanos trascendemos…
“Un día buscaba inspiración, y para encontrarla le
hablé a una querida amiga por teléfono, ella me
sugirió que pensara en algo realmente hermoso para
mi, así que pensé en el dinero y eso pinté”
Andy Warhol.