
Sentimiento de punk atropellado en la noche,
un carro fantasma lleva tú nombre, (de) Antíoco
padezco la enfermedad del amor
y mi pulso a borbotones maltrata a quién intenta medírmelo.
Tirado como en un desierto a medio día estoy en la cama.
Un sequito de alucinaciones me cuida para no hundirme en la fiebre
de enamorarme no de la madrastra,
de la nana estoy desintoxicándome,
mujer, ¿acaso hay otra droga más dura que el amor?
(pensamientos fálicos aquí no, en su esfínter freudiano, por favor)
Expiro cosas que toman forma de animales que inundan la habitación.
Empujan con el hocico a comer lo del suelo,
babean, sacan reptiles la lengua para volverla a ocultar entre filosos dientes,
sus escamas, sus amarillos, rojos, naranjas, sus ojos
y sus colas picudas con picos
no paran de azotar las paredes, el suelo,
este incurable eros que de un pisotón hunden en la cama.
(Saltillo, 1990) Vagabundo en bicicleta sobre el cielo, desertó la carrera de Letras Españolas, desde entonces narra, a veces poeta. Le gusta el punk y otros vicios. Ha publicado para diferentes medios impresos y digitales. Administrador de siniestros en la revista online Juguete Rabioso. Antologado en Cuentos para una tortuga y una bolsa para el mareo (Ediciones con Tinta Ebria, 2015), Mínima, antología de microficción (Editorial Pape, 2018), en el mismo año por mención honorifica en el Gran premio Nacional de Periodismo Gonzo, y en Pinos Aalados. Una selección. (Pinos Alados, 2020). Hace collage, coedita, diseña y distribuye fanzines. Autor de la plaquette de poesía; Un Rechinar de dientes (Coyonoxtle, 2017), y de los libros; Cutre maquillaje crónica de un falso vacacionista (Sophia, 2018), El inexistencialista (La Terquedad Ediciones, 2018), Madre orgasmo (Cisnegro, 2019) y No se lo cuentes a nadie (crónicas desde el moridero) (Secretaría de Cultura de Coahuila, 2019). En la actualidad trabaja en un fanzine; Kafka tríptico involuntario de insectoterapia, y en una novela de terror cósmico. Gana dinero como librero en la calle de su ciudad.